¿Cómo se limpian los oídos?
Esa la pregunta que se repite paciente tras paciente en una consulta de otorrino. La respuesta es fácil, pero a veces no es del todo comprendida: “los oídos se limpian solos”. Ahora os intentaré explicar un poco el por qué, y dar algunos consejillos que espero que os ayuden.
Introducción
Mucha gente desconoce que el simple hecho limpiar incorrectamente el oído puede afectar de manera negativa provocando desde un simple aunque incómodo taponamiento, hasta infecciones, perforaciones y otro tipo de lesiones.
La mejor manera de limpiar el oído es dejar que desarrolle su proceso natural de limpieza. El conducto auditivo cuenta con un sistema natural de limpieza que procura que el cerumen vaya saliendo hacia fuera y se caiga.
Por supuesto, los otorrinos desaconsejamos el uso de bastoncillos o las irrigaciones de agua o aceite de manera casera, y animamos a que se opte por acudir a los profesionales para extraer los tapones que se formen.
¿Como notamos que tenemos un tapón?
Los taponamientos de oído son más comunes en verano porque la cera acumulada en el oído absorbe agua y se hincha provocando la formación de un tapón. La pérdida repentina de audición es uno de los síntomas más claros para reconocer que se tiene un tapón en el oído. Aparece de un día para otro, frecuentemente después de la ducha, y es una pérdida drástica pero se recupera tras la extracción del tapón.
¿Para que sirve el cerumen?
El canal auditivo que comunica el exterior con el tímpano está formado por folículos pilosos y glándulas productoras de aceite ceroso denominado cerumen. La cera actúa como protección natural del oído, atrapa el polvo, los microorganismos y las partículas extrañas y evita que penetren en él y lo lesionen.
Además de por su función protectora, la cera no debemos retirarla porque el propio sistema de limpieza del oído la empuja hacia la abertura y luego cae o se retira lavándose.
¿Debemos utilizar bastoncillos u otros métodos?
En algunas personas las glándulas producen más cera de la que puede eliminarse fácilmente y esta cera adicional puede endurecerse en el canal auditivo y llegar a obstruirlo. Aunque, sin duda, es más común que el canal se obstruya cuando se intenta limpiar el oído con bastoncillos de algodón, por ejemplo, ya que se impacta la cera y se empuja a un nivel más profundo del canal, ocasionando bloqueo. Y sin olvidar el riesgo que supone la introducción de esos objetos en el oído, con el riesgo de traumatismo local, siendo muy frecuentemente causa de perforaciones timpánicas, que en muchos casos necesitan corrección quirúrgica.
Las personas que utilizan bastoncillos son las que con más frecuencia tienen que acudir a su otorrinolaringólogo para solucionar el problema de tapones.
Además, no debemos olvidar el riesgo que supone para el oído emplear de manera casera preparados con gotas o realizar lavados del conducto con suero u otra sustancia sin consultar al otorrino ya que en el caso de que la persona tenga lesiones en la zona que desconozcan, como pueden ser una perforación timpánica o eczema en el conducto auditivo externo, pueden predisponer a infecciones locales.
¿Hábito de limpieza correcto?
Para limpiarse el oído basta con mojarse el oído en la ducha y limpiar la zona más externa del pabellón auricular con una gasa o toalla fina, sin introducirlo por el canal. Basta com limpiar la zona a la que llegamos a alcanzar con el dedo índice, es decir, lo más superficial.
Consejos para personas con tendencia a formar tapones.
La cantidad y la calidad de la cera en el oído es muy variable entre unos y otras personas. En muchos casos existe una propensión genética a tenerlos. En tales casos, el consejo principal es que acudan al especialista para descartar que exista una lesión.
Además, portadores de audífonos, o gente que utiliza tapones de oído para evitar lesiones derivados del ruído en el trabajo, son grupos de gente predispuesta a formar tapones, al alterar el circuito fisiológico de cera al exterior.
Métodos de extracción
Antes de proceder a sacar el tapón, el otorrino suele realizar un examen que incluye una otoscopia o microotoscopia. Con esta exploración se visualiza el conducto auditivo externo, el tímpano y el oído medio.
Existen dos tipos de tapones: los de cera, que son los más comunes y están causados por una acumulación excesiva de cera; y los epidérmicos, menos frecuentes, y producidos por una descamación de la piel dentro del conducto, muchas veces asociadas a alergias de la piel del oído.
Una vez descartadas cualquier tipo de lesiones, se aplican distintos procedimiento:
- Irrigación. Consiste en la introducción de agua templada en el oído para reblandecer la cera y que salga hacia fuera. Actualmente existen en el mercado productos para poder realizar este procedimiento en casa, pero los profesionales adviertimos del peligro de hacerlo uno mismo por lesión que pueden provocar debido a la presión o de infecciones en el caso de que el tímpano esté perforado y la persona lo ignore.
- Extracción instrumental. Siempre deben realizarla otorrinolaringólogos. Se trata de llevar un control microscópico y de la limpieza del oído con los instrumentos adecuados, siendo habitualmente utilizados aspiradores quirúrgicos en la consulta.
Los individuos con tendencia a la formación de tapones suelen acudir una vez al año al otorrino pero existen casos de recurrencia en la que las citas deben ser más frecuentes, aproximadamente de 2 a 3 veces anuales.
Resumen:
Por lo tanto, ya sabeis: lo mejor es no tocarse los oídos. No limpiárselos no significa que estén sucios: los oídos se limpian solos!!! Y en caso de tener síntomas de taponamiento, lo más indicado es acudir a un especialista.
Y como siempre, cualquier duda, consulta o sugerencia, podeis contactar por mail: doctormielgo@gmail.com, através de la web: www.doctormielgo.com, y si buscas un buen otorrino en vigo, puedes solicitar tu consulta en el teléfono 644249264.